¿Por qué bramaron las naciones con estrépito tanto, y con tanta fuerza?
¿porque todos los pueblos no meditan más que ideas vanas y perversas?
los reyes de la tierra se amotinan, también los príncipes se congregan.
contra el Señor, ingratos se levantan y contra su ungido, enojados se revelan.
rompamos, dicen todos, los enlaces de amor que a Él nos atan y encadenan,
sacudamos lejos de nosotros el yugo que es tan duro en nuestros hombros…
Él amante soberano que habita en las alturas, se ríe de su estólida insolencia.
de sus pérfidos designios, ideas egoístas que olvidan a sus Creador.
pues, cuando llegue el día en que reparta a cada uno la suerte que merezca.
¡solo será feliz! el que fiado en su bondad, busca vivir en su santa voluntad!
aquel que dejando lo pasajero busca la eternidad, lo que es duradero.