Busca una afable sonrisa,
para que calme tus penas;
busca a romper las cadenas,
que hacen que mueras aprisa.
Pero ama a quien tanto te ama,
quiere a quien tanto tú quieres;
ama a quien siempre prefieres,
que arda su cuerpo en tu cama.
Cuida a quien tanto te cuida,
y a quien amor te profesa;
cuida siempre a tu princesa,
la que en el alma se anida.
Besa a quien tanto te besa,
con labios llenos de fuego;
besa y anula el sosiego,
saciando su ansia traviesa.
Toca las manos que tocan,
porque siempre te acarician;
toca cuando ellas inician,
porque esperando se alocan.
Sueña a quien tanto te sueña,
como un jilguero trinando;
sueña que tú estás cantando,
que de tu amor, es la dueña.
Canta a quien tanto te canta,
unas canciones bonitas;
canta a las flores marchitas,
cantos que alegren la danta.
Llama a quien tanto te llama,
para decirle te quiero;
llama ofreciendo un lucero,
para encenderle su flama.
Dale a quien siempre te ha dado,
fuertes abrazos y amores;
dale un regalo de flores,
de esas que siempre ha esperado.
Pinta a quien siempre te pinta,
con sus colores hermosos;
pinta sus labios preciosos,
con la preciosa aguatinta.
Calma a quien siempre te calma,
tu corazón estrujado;
calma cuando ella ha llorado,
llantos que vienen del alma.
Siente lo que tanto siente,
cuando se posa en tu lecho;
siente el amor en su pecho,
con su ternura bullente.
Grita también como grita,
buscando la libertad;
grita junto a la verdad,
donde el corazón palpita.