Te omití de mi camino como un loco
cuando viste la sonrisa de mi cara;
pues, soy la jaula que nunca se dispara
y muy quieto soy discreto poco a poco.
De mí, buscará el manantial la doncella
del que susurras esta vida que te ama;
en tu cuerpo sentirás hasta mi estrella
que de antojos en silencios se derrama.
Voy tan dichoso que sueño me ha costado
al pensar que no he leído tu sonrisa:
Dulce poema de tan fuerte premisa
ya me lleva tan dichoso y desdichado.
Te omití al pensarlo sobreentendido,
porque pude desecharte sin saberlo
no me llores, solo basta con creerlo
que en tus pechos pude ser el abolido.
Pues, en tus besos brillantes azucenas
me colmaron como un virus sin estilo:
En tu lecho me he quedado muy tranquilo
que reviento sin pesar hasta mis venas.
Te reduje porque quise ser proemio
que cerrara la sonrisa más gigante;
de mi vida te reduje como un premio
y me perdí de tu cuerpo divagante.
Te reduje, de mis proezas de acción
y de mis ocasos que funden las rosas:
Te omití de mis historias primorosas
y hoy te omito delirante esta canción.
Te propuse de las penas que he sufrido:
Ya lo ves; no lloro, aunque te haya llorado
y te guardo para siempre en el olvido
aunque llores porque te haya despreciado,
y si nunca te despiden no has vivido:
Date cuenta que te omito en cualquier lado.
Samuel Dixon [09/10/2021]