¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a cartas empolvadas,
lágrimas secas que surcan el rostro,
sabe a noches de insomnio
y cielos nublados.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a cartas bien guardadas,
a promesas incumplidas,
sabe a miles de sueños rotos,
a poemas y a fotos.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a mañanas lluviosas
y rosales muertos,
sabe a corazón herido
y mil preguntas sin respuesta.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a mañanas muy frías;
también a flores marchitas
y si no hago tus penas mías,
entonces no se hacen chiquitas.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a luceros apagados,
a nostálgicas promesas,
sabe a caminos empedrados
y cenizas de una hoguera.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a estrellas que no brillan,
a recuerdos que hacen daño;
sabe a sendas con espinas
y a ese llanto que se callan.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe al beso que hoy extrañas,
sabe a dolor…sabe a recuerdos,
entre rutinas de perezas
y a ese olvido que no llega…
¿A que sabe la tristeza?
Sabe al beso que yo extraño,
al dolor que yo transpiro,
sabe a traición y a engaño
y a todo lo que no miro.
¿A qué sabe la tristeza?
Sabe a noches de tormenta,
como un nudo en la garganta,
sabe a ese sol que no calienta
y ese vacío que nada lo llena…
¿A que sabe la tristeza?
Sabe a espíritus en pena,
a almas atormentadas,
sabe a hastío y sabe a olvido
y a esperanzas ya olvidadas.