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LUMINISCENCIA

LUMINISCENCIA

 

No siempre esa iluminación de la luz es necesaria,

la fuerte oscuridad de la noche tiene su romance,

en su silencio se recuerda a aquella mujer falsaria,

entonces un moribundo puede alcanzar su trance.

 

Los enamorados prefieren la noche y sus estrellas,

se confiesan sus intimidades y secretos profundos,

sus caminos son imaginarios y eliminan las huellas,

la calidez de un sensual beso calma a los iracundos.

 

El amor humano acumula intervalos innumerables,

una tierna caricia puede sumergirnos en el embrujo,

deja intensas marcas en el alma y son insuperables,

poco importa cuando todo está en un colosal rebujo.

 

Los seres varones somos muy débiles a la seducción,

se impone a menudo el instinto y obnubila la mente,

se transforman en placa continental con subducción

y argumentamos con falacias refutables fácilmente.

 

Jaime Muñoz, septiembre 27 de 2020