Alberto Escobar

No soy...

 

Un poeta loco cualquiera 
seguido por los niños.
—Primero fue Horacio quien 
dio cuenta de él y bajo su luz 
Quevedo con su Buscón—

 

 

 

 

 

 


No soy yo de esos poetas —si me conviniera este rótulo, que creo para mí excesivo—
que se precian de ser seguidos como niños encantados tras un cierto flautista alemán
del medioevo, no, porque si me dignase a ello mentiría como bellaco —a los informes de audiencia me remito, que ya son varios durante los cinco años que llevo bajo esta casa.
No soy yo de esos poetas cuyas melodías —salvando la relatividad de los gustos y aficiones— convocan en el foro a una multitud cual romamos esperando la salvación de un mercachifle o de un vendedor de crecepelos; no pero no me importaría. Quizá yo me crea la medida de todas las cosas cual Protágoras el sofista predicó en su desierto, no; Quizás yo sea la medida de mis cosas pero sabiendo que el espectro de medidas es tan infinito como cualquiera de los espectros que convoca el existir.
No soy yo de esos poetas que pretenden predicar, aunque es cierto que acabo predicando sin saberlo, pero sobre un páramo insalvable, un páramo ensordecedor de tanto vacío y frío como el témpano mas con la salvedad de algún rayo de luz que al desgaire se cuela, se despista entre el rasguño que en ocasiones puedo ocasionar, mas espero sin sangre que reparar no se pueda aunque escueza, aunque cauterice las heridas que el rozamiento de una inapelable vida trae y lleva al retortero.
¿Quién es en esta sala —me pregunto— el árbitro de las genialidades, el arbitro de la elegancia, como se predicaba de Petronio —El del Satiricón?
Nadie.
Soy uno de esos poetas —quiero terminar— que como creo haber descubierto el elixir de la eterna sabiduría —habladurías mías— me afano en agitar las manos tan rápidamente que creo principiar un vuelo que no levita, que solo es levitación del intelecto y suspensión de los sentidos durante el breve instante que llena una escritura, como este escrito. 
Solo era esta la ocurrencia que me ha salido del coleto para justificación y relleno de esta, mi momentánea existencia de ahora, la que ahora justamente termina...
P.D.
La hoja de reclamaciones se esconde tras el enlace que cuelga abajo a la derecha jejej.