Joseponce1978

Sin rencor a la vida

No guardo rencor a la vida

porque lo que me quita en otoño,

me lo restituye en primavera.

Aunque alguna vez culpé

al empedrado de mis tropiezos,

si perdí alguna oportunidad

fui yo quien la dejó escapar

y de los pedregales salí fortalecido.

Ni guapo ni feo, ni tonto ni listo,

con la capacidad de valorar

la flor nacida en un vertedero,

en lo grotesco percibo belleza

y con el alma desguarnecida

aprendi a combatir el mal tiempo.

Melancólico de serie,

me expongo demasiado a la tristeza,

mas no por ello en días de lluvia

evito entrar en el primer tornado

que pase repleto de hojas secas.

Dentro del territorio donde nací,

he crecido libre y libre trataré

de encadenarme a la libertad

otorgada por la renuncia

a buscar fuera de mi cama

lo que los sueños no me pueden dar.

A causa de mi carácter confiado,

en más de una ocasión

me ha pillado desprevenido la traición,

y cuando me encontraba a punto

de morir de sed en el desierto

de los desengaños, siempre hallé

un oasis de generosidad.

Aunque tal vez más numerosas,

mis decepciones no han conseguido

acallar la voz de mis alegrías

y he soltado cuantas carcajadas me propuse.

Soy de condición sufriente,

motivo por el cual mis dispersos

despegues me saben a gloria

y trato de recoger cuantas

turbulencias me sea posible

antes del aterrizaje forzoso.

La vida me ha ido arrebatando

algunos miembros vitales

y me los ha vuelto a transplantar.

En alguna ocasión pasé rozando

el final pero me encontré a la jueza

con la guadaña desafilada.