Carta de despedida
(Wagner A. Altamirano)
En mi vocablo ya no existe la alegría
mis labios ya no recitaran más versos
porque el reloj de mi vida se ha detenido a medio día
y en reversa se ha quedado mi universo.
Mis ojos se empañaron cuando escuchaba los desprecios
que durante años opacaron mi existencia
mis sueños se destruyeron en silencio
mientras veía mi alrededor en decadencia.
Quise levantarme desafiando mi destino
pero fue imposible cambiar lo que fue escrito
y al quedarse en penumbras mi camino
la vida misma había perdido su sentido.
Mil fracasos anidaron en mi puerta
los problemas concretaron mi sufrir
y aunque sonría mi alma ya está muerta
pues estos versos son el principio de mi fin.
Un trágico final para un poeta irreverente
que con sus letras demostraba su sentir
y en agonía redactaba la presente
porque su pulso ya fallaba al escribir.
Mientras cierro los ojos para siempre
tengo miedo porque no sé a dónde iré
el razonamiento se ha perdido de mi mente
al pensar que jamás regresare.
El tintero será agotado en esta estrofa
y estas últimas líneas yo dedico
a todos los que me atacaron con su boca
estén tranquilos, porque mi alma se apagará con un suspiro.