Cierra los ojos
y deja que te cuente
un lindo cuento.
Érase un niño
jugando con las olas
en una playa.
Con sus manitas
trataba de llevarlas
hasta la arena.
Pero su intento
sin duda, fracasaba,
como era lógico.
Él insistía,
como buen cabezota,
amén de niño.
Una sirena,
al verle, conmovida,
quiso ayudarle.
Si tú me dejas
atraparemos olas
junto a la arena.
Las llevaremos
al foso de un castillo
que construiremos.
Y nuestro niño,
soñando con sirenas,
dijo que sí.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/06/21