Iván González Martínez

Certeza

 

Que el río Aqueronte se seque

Y las pirámides se inviertan.

Que las ninfas enloquezcan

Y los santos ahora pequen.

 

Que las antiguas guerras santas

Nos invadan con las púnicas.

Que la epidemia que me espanta

No sea solo la única.


Que un amarillo intenso

Entristezca a los glaciares.

Que Odiseo y sus avatares

Aún no encuentren consenso.


Que el décimo círculo infernal

Sea mi cuarto de madrugada.

Que todas las almas curadas

Hoy se vuelvan a enfermar.


Que la gran tribulación

Nos abra ya las persianas.

Que el desastre del mañana

Entone hoy su canción.

 

Que terremotos, tornados,

Huracanes y tifones,

Con el mundo devastado

Se vayan de vacaciones.

 

Y que los cantos ancestrales

Desentonen y se olviden.

Y que las ideas que nos miden

Sean tontas y triviales

 

Si tan solo un segundo,

Si tan solo una centésima,

Si tan solo una milésima

De este tiempo iracundo


No han sido fieles testigos

De mi querer y no poder,

De no mentirte cuando digo:

Yo te amo, Isabel.