Siempre presente,
con su energía y su silencio.
Sabio y observador.
Bello a la vista.
Protector con su sombra,
cargado con sus frutos.
Poblado con nidos
plenos de música.
Allí estan,
centenarios,
con su presencia
sabia.
Conocen mis pasos.
Adivinan mis pensamientos.
Saben de mis alegrías
y de mis tristezas.
Incólumes
ante la lluvia
y el sol.
Acaricio sus troncos
y adivino
su luminosa
sonrisa vegetal.