Romey

Huracán / Ilustrado iluso

Quiero calma para este huracán

y sentir la inmensidad azul

brotar con todas sus luces

Derretir el terror

y asimilar esta soledad

dando gracias por vivir

y estar aquí conmigo

luchando por sueños invictos

Yevo al extremo onírico mis sentidos

y briyo en el aire cual fugaz espíritu

Nadie me ha oído pasar sin ser visto

entre los árboles coloridos y otoñales

El silencio nadie lo  sabe

Andan ruidosos como locos salvajes

presumiendo de bienes materiales

que serán males cuando el Sol baje

y se desdibujen esas futiles imágenes

como nubes al pasar mi espíritu fugaz

hecho viento en la oscuridad de la noche

Momento en el que converso a mi alma

para calmar este huracán que por dentro me recorre

 

Iniciado despertar, lo capto con el alma

y una paloma posada sobre las palmas de mis manos

Incongruente realidad, me afano en su fundamento

y pienso que nada es verdad, todo ficción, un cuento

donde las sombras dan miedo, pero pregunto

y no hay voz que responda, solo una respiración silenciosa

Completamente asolas cavila

integrando algo de vida terrenal, desde fuera

Encendido cristal, espíritu de luz celestial

Aumento mis ganas de volar, una nube me sube a sus alas

y siento la parsimoniosa melodía del día en mi alma

Desfayecí ayer, o antes, pero arriba siempre amanece

y yo tambien vuelvo a levantarme aunque me pese

su ausencia, la falta de mi amada, triste revés

de mi feliz deseo:

se fue su fuego lejos del mío,

y me dejó frío este sentimiento infinito que escribo

sobre el lírico sonido del río donde se originó nuestro idilio