En vizcosas aguas, impenetrables
de las pieles, mi caudal evapora
cascadas contemplan la sombra
convergiendo en tus glaciales.
Gotas rodando invidentes
creando menudas vivencias
caudalosos deltas de afluencia
rociando humores de mente.
¡Cómo quisiera verte
derretir el líquido hurtado
de mi corazón dilatado
por tus labios imprudentes!
Ven y moja mi alma
con tus helados tesoros
que aún así, yo adoro,
humectándome la calma.
Copyright©2010 Rocío Vega-Ponce