Manos abiertas,
dedos temblorosos,
como ramas de invierno,
no logran sostener
rayos de sol,
en cada paso,
como el tiempo,
pierdes uvas agridulces,
que la soledad sedienta,
recuerda tu ida.
La hierba tiene tus huellas,
la pasión y soledad,
de un espíritu solitario.
Amor que duerme,
parece olvido,
busca la soledad
hasta en la multitud,
como ave se sumerge,
en la espera,
refugio de una soledad atenta.
La hierba aún tiene las huellas,
de una pasión y entrega.
Cuando amas,
y, nada te una,
y, nada te hiera,
parece que el amor
se aleja de ti,
¿Para que perseguir?,
el amor, a veces, regresa,
a veces, te encuentra,
pero nada es un espejo,
la búsqueda de un espejo,
es la diversión de un disfraz,
un pétalo ido, cuando regresa,
quizás, se equivoca de flor.
Cuando amas,
a veces,
todo te une, todo te hiere.
Buscas una imagen,
esclava,
la libertad enseña el camino
más hondo del amor…
esperas…el amor tiene
la espera en sus manos.
Desnuda, baile de disfraces,
las dudas se amarran a ti,
juegas al olvido.