Amo tus pupilas aladas que guían mi barca con velas izadas
Sintiéndome como pescador de flores, que emergen en mis manos
Gozando sus aromas, que penetran sublime el aire marino
Cortejando gaviotas, humedecidas entre lluvias
Amo el vuelo por el viento, con la luz de tú mirada
Hasta posarme suavemente sobre el bosque soberano
Donde me cubro con tú cabello negro
Que permuta a verde posado en la greda
Amo contemplar el horizonte abrirse en tus ojos
Cuando mi beso ingenuo,
Reposa en el espacio eterno de tú boca
Y tú murmullo tibio se convierte en verso
Y me libra del precipicio
Recalando en la noche,
Sin miedos ni quebrantos
Absorto en los astros,
Amo divisar tú figura, danzarina entre luces,
Cómo diamante encantado
Bajo la quietud de mis párpados
Entre los cristales de cielo y mar
Que te cubren, engañando tú propia juventud
Cuando tú nombre y el mío
Se olvidan como luciérnagas amantes
En la oscuridad infinita
Amo otear la vida desde tú alma crédula
Y sondear la profundidad de tus lágrimas
Para admirar tú historia
Y la hago mía y la convierto en sueños
Descendiendo al mundo
Con tus pies descalzos y bajo tus pasos
Renacer de nuevo