Desencuentros que me encuentro
cuando no sé lo que escribo,
y hasta me duermo llorando
si es que te miro vestido
con algún delantal blanco
en laboratorios serios
mirando una luz que brilla
al costado del camino.
Desencuentros que recuerdo
cuando los vivo de cerca,
cuando no sé lo que digo,
corrigiendo alguna coma
en la historia en que repito
un pedazo de mis glorias
envidiando tu destino.