Las travesuras de un adulto,
Dejan de serlo…
Cuando no hay temor de Dios,
Ni respeto, por los hombres.
Aunque, encubran su crueldad,
con palabras de dulzura y esplendor.
Será, como un velo traslucido, para Dios.
Exponiendo, a Él…
Sus falsas pieles, inmundas.