Debe entenderse que para tal cosa,
habría que existir una musa,
del nivel del poema a tatuar.
Habrá que entender mientras beso tus pies,
que la monotonía en el habla,
habría de evitar movimientos repetidos,
aún cuando respetando la gramática de tu piel,
suba con mis labios tus pies,
escribiendo con mi boca,
texturas que narren la historia,
que quiero contar en tu sexo,
hasta subir a el,
comprendiendo el cuidado a tener
en la correcta escritura de mis caricias al rededor de tus pantys,
declamando un verso atrevido,
que invite a tu cuerpo a llover,
mientras envuelvo tus piernas en contexto
acariciandolas con deseo y
escribiendo en apasionada sincronía
la historia de uno de nuestros encuentros,
entre besos poéticos,
que hagan tributo a tu belleza
mientras terminó de esperar si vas a romper el hielo entre tu historia,
mi poesía y
el verso que en el inicio de un beso,
quiere escribirse a través de unas horas.