Tengo mucho miedo de mí,
de lo que hay en mis adentros.
Puedo negarlo pero es así,
La verdad es que no sé
Qué voy a decir ni lo que haré
En los futuros encuentros.
Cómo huirle a tu mirada,
Ese mirar que me provoca,
Cómo fingir que nada
En ti puede hacerme caer
Y aguantarme para no correr
a morderte la boca.
Estoy contando los días,
Horas, minutos, segundos,
Juntando mis fantasías
Con posibles realidades,
Tú tienes las dos mitades
De cada uno de mis mundos.
Pero temo que lo adivines
Tan sólo con mirarme…
Y que tus besos destines
A mi cuerpo en tiro directo,
En un ángulo perfecto
Para tenerme y amarme.
Esta espera es una tortura,
Un verdadero castigo…
Vernos será una aventura
De la cual seremos dueños
Y verás al entrar en mis sueños,
Que sólo he soñado contigo.
Tus palabras que me envuelven,
Son como mares bravíos,
Como ríos que no se devuelven,
Arrasando con nuestros orgullos,
Tú ocultando los tuyos…
Yo ya perdí los míos.
Todo eso puede suceder
Cuando en uno de tus antojos,
Decidas que me quieres ver
Y como no sabré mentir
Mis secretos los vas a descubrir
En un abrir y cerrar de ojos.
Y me perderé en tus caminos,
Al son de mis deseos infinitos.
Será ley de nuestros destinos
Estar en tus brazos delirando,
“te amo” tu voz susurrando,
La mía diciéndolo a gritos.
Sé que todo suena genial,
Que hablando de mundos eso
Parece un mundo ideal,
que me atrapa, me envicia,
yo viviendo por una caricia
y muriendo por un beso.
Pero tengo mucho miedo
Pues sin recurrir al alcohol,
Me conozco y sé que puedo
En tus brazos, que son mi mundo,
En apenas un segundo
Perder todo mi control.
Y ese es mi gran problema,
Lo que me roba la calma.
Que sea como este poema,
Un implacable delator
Y descubras que el amor
Te lo entregué con mi alma.