Se pone triste el enfermo en ver al saludable, al saludable con pensamientos y comportamientos nocivos sin aporte, sin saber ni tener estima digna a su cuerpo sin malestares que lastima, y no aprovecha también y no agradece también. El enfermo nada en rabia por perder su vitalidad ya sea por cuando estuvo sano lo disfrutaba o por qué cuando estuvo sano en vida se mataba, ¡hay saludable no sabes lo que tienes! ¡El mayor de los regalos! El nacer sano. Hay enfermo ya no te lamentes ya no sufras, en oscuridad, en ratos malos hay una oportunidad especial a ser mejor, tu propio salvador... Pero te entiendo enfermito mío matarías por ser curado ¿Por qué a ti! Tal vez por injusticia o por la resistencia valentía en tu sangre limpia...
¡Saludable! Cuando ya no lo estés verás que estabas enfermizo al no valorar, pero aprenderás y tal vez esa de la enfermedad es su causa o también su causa es arruinar vidas o su causa es molestarte por estar aburrida, enfermedad maldición imparcial, juez injusto o despertante de la perseverancia, del no rendirse, abominable esperanza, raras veces el saludable al enfermo abraza.
Jhonnatan López Aguilar©