\"Puedo volar,
llevarte entre mis alas,
mientras te duermes.\"
Eso decías
mirándome a los ojos
con inocencia.
Y yo acepté,
trepando a tu plumaje
y con mis sueños.
Y me llevaste
por nubes y por mares
a ver la luna.
Era de noche
y arriba las estrellas
dejaban nanas.
Las escuchamos,
recuerdo aquel instante,
atentamente.
Se estremecieron,
quizás por el cansancio,
tus tiernas alas.
Yo suspiré
sintiendo algo distinto
y muy especial.
Y me dormí
soñando que la luna
me daba un beso.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/21