En la majestuosa nostalgia de un mañana sin ayer
te voy buscando por todas partes y no logro encontrarte,
entonces cansado y triste me detengo con la mirada perdida,
y de pronto apareces tú, mi fiel compañera incondicional.
Tú conoces mis miedos, angustias y todos mis secretos.
Tú que guías mis pasos y estás allí cuando más te necesito,
en ti encuentro el ansiado refugio, la paz y la armonía,
tú samaritana, me ayudas siempre a superar este dolor.
Contigo puedo desnudar libremente mi alma y mi corazón.
Porque tú me das el abrigo que yo tantas veces necesito,
y esos abrazos que me da fuerzas para seguir adelante,
contigo no me da vergüenza que me veas llorar.
Tú sabes muy bien, que no soy tan fuerte como aparento,
y estás allí cuando me paralizo y el miedo se apodera de mí,
Tú sabes las cosas que me hacen daño y no corto con ellas,
sabes que todo ello me está destruyendo emocionalmente.
Tú sabes todo de mí, sin embargo, fui ingrato contigo,
te abandoné, me olvidé de ti creyendo que la gloria encontré,
avance a pasos agigantados sin saber que tú ibas detrás de mí,
a eso le llamo amor sincero, el que todo lo puede todo lo soporta.
Tú que siempre me haces compañía en mis noches tristes,
Sentada en un rincón viéndome mis lágrimas derramar.
Gracias por estar nuevamente a mi lado, nunca te olvidaré
y tú siempre serás mi ETERNA SOLEDAD.