Así de simple es la cosa
Manejaba el auto que quiero
Cambiar
Siempre buscando algo mejor
En estos momentos de crisis
Pandemica viendo la oportunidad
De mejorar porque después
Quién sabe
Llegué a una curva de detenimiento
Obligado por semáforo
Paré el auto
Y fue cuando se acercó esta persona
Entregando pequeños almanaques
A cambio de una colaboración
Era medianamente joven
Con malformaciones en las piernas
Se acercó más a la ventanilla abierta
A través de su barbijo manchado
Por su propia respiración
Me dio el almanaque que acepté
De buen grado y le pagué con lo que tenía
En esta época del dinero plástico
Lo recibió y me dijo gracias gracias
En sus ojos vi asombro y agradecimiento
Mal olía su cuerpo deformado
Que llegó a mí como una
Hermosa esencialidad invisible
Al abrir el semáforo con bocinazos
me apuraba el auto de atrás
reinicié la marcha maldiciendo
no entendiendo llorando y preguntando
¿Por qué por qué?
es así que su mal olor
fue para mí el más agradable de
todos los perfumes
y sus palabras de agradecimiento
se clavan como un fino puñal
en mi pecho en donde se acelera
mi corazón con su recuerdo
donde su cuerpo tiene la belleza
del alma cobijada por Dios
El mundo nos falló a los dos
uno por más otro por menos
¿Cuál de los dos es el menos
bajo los ojos de Dios?