Agitaba la sortija
con singular alegría,
la sonrisa del botija
era lo que pretendía.
Don Luis el calesitero
tenía unos cuantos años,
pero se veía entero
pese a muchos cumpleaños.
Una tarde de calor
en el penúltimo giro,
sintió en el brazo un dolor
que le asestó cual un tiro.
Se mantuvo como pudo
hasta hacer la última vuelta,
ya que era un tipo tozudo
y el hecho no tuvo en cuenta.
Y así cerraba el tiovivo
terminada la jornada,
con ese dolor furtivo
y su piel ya casi helada.
Se desplomó en ese instante
quedando su cuerpo inerte,
fue un ataque fulminante
que culminó con su muerte.
Con el murió la simiente
de la risa de los chicos,
pues justo al día siguiente
sus sueños fueron añicos.
Ya don Luis no se encontraba
… dijeron que se fue al cielo,
y en un cartel se anunciaba:
\"La *cale* hoy está de duelo\".
Jorge Horacio Richino
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15/10/2021