Vulnerable a cada letra que encierra tu nombre
en la D de tu Destino encontré mi Desorden.
Bebí tanto de tu esencia, hasta la última gota,
que siento tu perfume impregnado en mi ropa.
El café en tus ojos me condujo por desvelos
tras volverse la fuga de todos mis anhelos
y en cada atardecer que guardas en fotos
descubro que al mirar provocas terremotos.
Dany Noche