Algo que lamentar… quiero
desde lo más hondo del témpano
cuajado de ira e incertidumbre
solapado por la encrucijada del ayer.
Sobre las olas de la noche,
ambiguos buques de luciérnagas,
se baten sobre la espumosa
deriva del ajetreo de las medusas.
La vida se prolonga por encima
de la mirada, en el firmamento
nocturno sin que aparezcan las estrellas,
solo, los restos de máquinas humanas
Por entre los cascotes de las ideas
ese viento de falsas esperanzas, corre,
Iluminan colectores monstruosos, inertes,
góndolas ancladas de la servidumbre.
¡Hay que parar las máquinas!
¡Hay que triturar los nubarrones!
¡Hay que socavar el firmamento!
¡Hay que dejarse llevar!... por las tinieblas.