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Como una estrofa ingenua perdida en la colina
se acumulan las flores preñadas de hermosura,
este breve existir se vuelve confitura
para goce de alguna mirada clandestina .
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Incluso el sol parece que por orden divina
alumbra con más fuerza toda bella figura ,
un extenso paraje de color y ternura
entrega sus perfumes a todo el que se inclina .
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Esa esperada magia deja de lado a lado
sus blancos y rojizos, sobre un verde jovial
que ofrece su frescura de forma pasajera.
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Y todo con un ritmo del todo apasionado
que hace que florezca de forma natural,
cualquier flor que despierte junto a la primavera.