Como una flecha encendida,
como tiro certero,
como dulces verdugos
fueron ellos en mi.
Se atrevieron a mirarme
y no encontré una excusa
para evitarlos.
Como dulce veneno, en mi sangre se fue inyectando
el poder de tu mirada, que mis deseos fue dominando.
No hay instante en el que no estés predominando
por el laberinto de mi mente, vives paseando
¿Qué hechizo me han hecho tus ojos que yo no quiero dejar de mirarlos?
Han traído luz a mis sombras...
...antídoto, remedio, consuelo...
Podría escribir día y noche acerca de ellos...
...de la perfeccion de tu mirada, de su brillo, de su destello...
...que provoca mi más dulce insomnio,
mi desvelo...
...y es que, aún despierta, te sueño...
...te imagino, te anhelo...
...y en las noches de estrellas fugaces,
..esas que llevan los deseos..
...el cielo siente piedad de mi clamor...
...y me trae un poco de calma
cuando descubro ...que en tus brazos me encuentro