Amor de Lejos:
Contigo en la distancia mi mundo se detiene
y nada ya atesoro sin tu alba cercanía;
es tanto lo que añoro tu hermosa lozanía
que no hay una substancia que el alma me serene.
La cruel intolerancia avanza con su lene
y cruento deterioro con tanta alevosía
que cuando pienso; lloro, cayendo en la agonía
y en la beligerancia, aunque muy malo suene.
Sin ti ya no hay estrellas, ni cielos ni caricias;
tan sólo la apatía gobierna mi semblanza.
Por eso es que hoy prefiero montarme en el avión
siguiéndote las huellas, armarme de pericias;
creando sintonía, forjando nueva alianza
y como un bucanero, ¡robarte el corazón!
Amor Forajido:
Yo que abrazo mis penas y el dolor que las viste,
te regalo un acaso, te prometo un quizás,
porque llueve en mi ocaso tu fulgor; además
que me enciendes las venas y me quitas lo triste.
En mis ansias resuenas como brisa que asiste
al silencio Pegaso con su suave compás
y en su vuelo repaso lo que no callarás
cuando las cantilenas me retiren su alpiste.
Me dirás: ¿no comiste ya bastantes engaños?
Te diré: ¡solo pido la pasión que me das!,
el amor forajido que me ofreces sin más
y el fragor que escondiste en mis huesos huraños.
Te diré que mi duelo se consume en tu alteza
y no hay verde en mi suelo sin tu gracia y belleza.
Amor Clandestino:
¿Es pecado; Dios mío, el quererla besar?
Con su talle de musa, con su boca de rosa
y esa voz con que acusa su tersura fogosa,
sacudiéndome el frío con tan sólo pensar.
¿Es pecado que el río se retire hacia el mar?
Cuando miro su blusa me parece una diosa
que mi abrazo rehúsa con malicia preciosa
y en mi tímido hastío se me quiere espejar.
¿Es pecado que el agua riegue surcos en flor?
En sus piernas bruñidas y en sus ojos lluviosos
se detienen las vidas de dolores cargosos.
Y en su vientre de fragua se acrisola mi amor
cada vez que el destino nos da tregua y razón,
allanando el camino para nuestra pasión.
Autor: Felipe Antonio Santorelli Iovino
Alias: tonisan