El clavel de tu cuerpecito,
Mujer, me tiene fascinado,
Además, enamorado,
Tus ojos negros, ¡qué bonito!,
Cuando me miran, quietecito,
En tu regazo me he quedado;
Jamás, yo había contemplado,
Tan enclaustrado, el infinito;
Tu sonrisa es una aventura
De una incomparable pasión,
Iluminada con ternura
Escondida en mi corazón:
Eres mi sueño y mi locura,
La razón de mi sinrazón…