Y mi arte se convirtió en silencio
porque ya no deseaba caer bajo el alba
ni conseguir aquellas muestras de éxito.
Me bastó mirar al cielo y observar
que nunca es tarde para sacar alas.
Caer en el olvido mientras recuerdo
que servimos a la verdad, se ha convertido
en el zaguán de mi libertad.
Hoy quise ser azul, amarilla, roja y negra,
más la flor que hallé en el jardín
ya no está. Qué lamento más bello!
Que inicie aquí el cultivo crepuscular
y que la oscuridad no sea impedimento.
Galilea R