Existente por vigente la fuerza emergente
en anhelo del revuelo de un pájaro en el cielo
la nube latente se traspasa súbitamente
es el velo paralelo con el espíritu y el vuelo.
Con el osado nacimiento del cielo esperado
es de montaña campeona su zona la corona
y elevado en lo alto del acantilado extenuado
es que el alma se ilumina y el cuerpo se ilusiona.
Con la entrecierra el despertar de la tierra
encalabrinas la prueba de las golondrinas
y aterra la aferra oscuridad que encierra
cuevas epinefrinas de las más malandrinas.
Vida de agua para ser uno con el agua
un ritual conceptual de grado espiritual
ambigua ola gigante sin tregua ni piragua
surfear treinta metros es puntual y no lo habitual.
Vida de viento para ser uno con el viento
plausible desafío de la lógica y lo imposible
buen pensamiento salto base en lanzamiento
es divisible y discutible pero es irremisible.
Vida de hielo para ser uno con el hielo
corriente pura de espíritu, cuerpo y mente
una tabla de snowboard en vuelo a contrapelo
uno se siente existente y vive libremente.
Caídas atrevidas en el maestro de seis vidas
abordemos de todos los deportes extremos
las ejercidas escaladas libres desasistidas
donde nos encontraremos e ilustraremos.
Templanza de alabanza es el acto de confianza
el epígrafe es el salto como último acto de fé
desafía la semblanza y es la última esperanza
lanzándose al rife en el rebufe del arrecife.
Este es el cono de los ocho retos de Ozaki Ono
una ventana de la que mana la iluminación humana
que revolucionó y cuestionó el modelo de trono
una nana solana a la pureza en alma de diana
con el fin de alcanzar... El nirvana.
Aitor Duarte Fernández
¡Nota!
“Un ser humano es parte de un todo, llamado por nosotros “Universo”; somos una parte limitada en tiempo y espacio. Vivimos nuestra experiencia, pensamientos y emociones como algo separado del resto. Una ilusión óptica de nuestra consciencia. Esta alucinación es una prisión que nos restringe y somete a nuestros deseos y búsqueda de afecto. Nuestra tarea debe ser la de liberarnos de esta prisión.”
Albert Einstein