Se apagarán las llamas
de tus ojos de fuego,
el filo de tu ausencia
en mí se clavará
Y quedará en el aire
un halo de amargura
que hirviendo en los pulmones
me impida respirar.
Se nublará mi vida
tiñendo la mirada
con un oscuro velo
de miedo y ansiedad,
mi voz se hará mas fría,
mis pasos -inseguros-
me llevarán sin rumbo,
perdido en la ciudad.
Las manos temblorosas
buscando nuevas manos,
se tornarán sarmientos
sin vida ni calor
y el tiempo se hará eterno,
rabiosamente eterno
hirviente como el alma
que aúlla en mi interior
Y sin embargo nadie
sabrá de mi tortura,
la farsa y la mentira
brillando a flor de piel,
botella tras botella
orgia tras orgia,
ahogado entre la nieve,
fumando sin cuartel,
la noche se hará eterna
terriblemente eterna
y sin cerrar los ojos
en ella me hundiré