Daniela Noche

Civilista

Si el amor es un contrato

nada te impide jugar un rato

entre la ley y el antojo,

entre tu risa y mi enojo.

 

Entre mi cláusula y tu boca.

Ponga atención y tome nota

por si reivindico este derecho:

\"tenga cuidado, voy a su asecho\".

 

Porque hay cosas que no prescriben

como el amor de quien suscribe

cuando ha quedado en bancarrota

tras adeudarte su alma rota.