Espera, verás… no temas es sólo un poco esta necedad de sentirme tan viva
cuando he salido de la muerte en más de tres eneros
es querer sentir el arropo en tu pecho poblado de octubres,
de nubes, de tormentas
es quererme danzando en tu sonrisa… tan pausada a veces,
en tu mirada que me vuelca el corazón y me abrasa las ganas
y perderme en la marea que nos ocurre al sabernos cerca, tan cerca…
como uno siendo el otro
fundidos en la calma que danza en la marea y que ha de extinguirse al alba.
Espera
Te concedo el no llevar la culpa en lo varonil que me enloquece de tu espalda
Te concedo escapar hacia la luna
Si, entre esta tibieza que me baña
lo sé, he vivido ese temor le he derrotado como al hastío
y he abortado esa atadura que dicta ignominioso ese espejo
y los años
y los daños…
Le he cubierto sabes, con un velo ligero que danza entre tambores, flores y viento
Ahora ven, acércate, sonríe
dancemos.