Eres tú mi antojo
cuando te veo sonreír
y más cuando miro el cielo
veo una nube en ti.
Porque es tan difícil amarte
así, si en cada latido
develo tus ojos como
un bello cristal que esconde
un mar de perlas donde
nadie puede hallar.
Quizás tu osadía rehúsa
mis penas de un amor
oculto; quimérico,
hermético, que corre
en mis venas.
Eres tú mi antojo
¡Sí! bajo las peripecias
de mi fin…