Sucede que llegas diferente
Como una tormenta en calma
Atemperando los sentidos con tu rebeldía ingenua
Sosegando las emociones con tu mirada cauta
Inquietando el aire, conmoviendo los latidos
Conmocionando los espacios donde tu figura asoma
Sucede que llegas, llena de luz, bajo el cielo grisáceo
Agitando mi alma con tu certeza de quererme
Aclarando las sombras, ahuyentando las nieblas
Sin olvido en el rostro, ni nostalgia en la memoria
Como profundidad de estrella en la inmensidad de la noche
Sucede que nos encontramos,
En los trazos invisibles de nuestro mirar y los besos
Como llama inapagable al rozar de los cuerpos
O arena renacida al romperse la ola
Sucede que las caricias se nos van de los dedos
Como el viento indomable que provoca anhelos
Al amarnos en la noche sin piedad ni lamentos
Despertando al alba entre abrazos y deseos