Anoche lo ví
por primera vez
y fue por fin,
que nos pudimos
conocer.
Me dijo
que estaba
nervioso,
pero yo no
lo podía creer.
Era nuestra
primera cita
y fuimos
a un lugar,
para juntos
conversar.
Yo estaba
nerviosa,
pero no se lo
dejé notar.
Es qué
tampoco
lo quería
yo a él
asustar.
Nos conocimos
en la red,
pero nunca
me imaginé,
que esa noche
lo iba a conocer.
Era un apuesto
caballero,
de mirada
tímida y de
sonrisa discreta,
el que me
coqueteaba
con vergüenza.
Poco a poco
se fue soltando.
Luego tomó
mi mano,
sujetándola
toda la noche.
Y a través de
ellas, yo sentía
dos corazones
que latían
de emoción.
Y yo feliz
de la vida,
con sólo ver
su sonrisa.
El me contó
de su vida
y yo también
a él de la mía.
Luego de un
par de cervezas,
ya él tenía
más destreza.
Escuchamos
las lindas
canciones,
que llevó
especial
para mí,
las que oímos
bien cerquita
y me hicieron
muy feliz.
Y quise controlar
sus nervios,
dejándolo
que me diera
un beso.
Los que luego
continuaron
y a nosotros
nos gustaron.
Es que eran
besos pequeños,
pero dulces
y tiernos.
El me dijo
que de mí
se estaba
enamorando
y aunque pensé
que mentía,
me quise dejar
llevar,
para disfrutar
de aquella noche,
llena de magia
que me enloquecía.
No deseaba
que esa
noche terminará,
pero así tenía
que ser,
nos dimos un
último beso
porque más,
no podíamos
hacer.
Y fue tan linda
esa noche,
que pensé
plasmarlo
en estos versos,
para que sean
los testigos
de lo que
sentimos
en nuestro
encuentro.
Y si acaso
algo más
volviera
a suceder,
luego, luego
se los contaré.
EVOLA.RL
20/10/2021 RD