Sobreviven en torno a mi imagen
esos esbozos de locura dulce
la fortuita fecundidad de momentos
que hacen mis circunstancias
mi forma, mis sensaciones,
mi extravagancia, mi costumbre,
mis colores débiles y fuertes
nada, nada es casualidad.
Cabalgan en mi piel dócil
la tentación a las caricias
los abrazos inocentes ebrios
esas ansias infinitas que estallan
en mis arpegios, mi razón
mi obediencia, mi drama
mi corazón, mi placer
nada, nada es secreto
Se impregnan mis manos carnales
de esos instantes que me hacen feliz
ese aguacero de amor que resbala
con lo tierno, lo consecuente, lo terrenal
lo profundo de la pasión, el misterio
y el perdón incondicional ante lo lacerante
que hace renacer nuestras vidas
nada, nada desaparece
Lale Neda©