En una tarde de otoño
el cielo se teñe de colores sonrojados,
la tranquilidad en el jardín reina,
a solas contemplo las idiosincrasías
de la vida
En la acacia un susurro
anuncia la brisa de la tarde
tu esperada llegada,
tu aliento, una caricia
para mis mejillas
A través de mi cuerpo
olas de añoranza corren,
despertando incluso
latente testosterona
de su sueño
Humedad en mis labios,
tu anhelado beso.
paulatinamente la luz del día
en un manto de oscuridad
se desvanece
Te pido que no te vayas,
en vano, la ilusión
en nada se transforma,
dejándome de nuevo solo,
en una repentina frialdad
David Arthur ©®
La foto : Ophelia, John William Waterhouse