Cuando dances... cuida tu cabeza, tus extremidades, en especial, cuida tus rodillas. Cuando pierdas el equilibrio, piensa en tu corazón, aún sigue latiendo. Cuando mires hacia el abismo, imagina como crecen enormes ramas con flores, saliendo de la oscuridad, tocando el cielo. Cuando ores, dile a Dios que no se olvide, de enviarte todas las fuerzas que necesitas para caminar de vuelta a casa, dónde sea que esté, sea cuál sea su forma o tamaño, sea de madera o piel humana, pero que sea tuya, que no se te olvide, especificar - que sea tu casa-. Cuando llores y sufras, recuerda llorar también por el dolor ajeno, por el dolor de los que ven como arden sus manos, muchas veces, literalmente. Cuando sonrías, sonríe de verdad, alégrate de sonreir, y sonríe por alegrarte. Y cuando mueras, sin importar el sentido en el que mueras, ten calma, porque solo al morir somos verdaderamente conscientes y en la profunda conciencia de todo, renacemos.