Descubrí que en tu mirada el tiempo no trasciende
porque mis ojos echaron raíces sobre los tuyos,
porque mis labios quieren besarte hasta el susurro
y mis oídos sordos ignoran a tu alrededor
el ruido impertinente del exterior.
Me intimida el espacio que distancia tu presencia
tan ilógico pretender alejarme de ti
como si el viento se alejara de las nubes,
no pretendo ser tu sombra pero si tu guardián,
¡quiero ser arcángel de tu mirada angelical!
Descubrí en tus manos las caricias de seda,
la delicadeza de las rosas está en tu piel
eres el navío donde embarco mi futuro
aun cuando pienso en nuestros sueños
yacen mis latidos danzando como fuego sobre leña.
Me convence el tiempo que eres un tesoro,
porque descubrí en tu interior cualidades de oro
amo tus imperfecciones quizás menores que las mías,
porque descubrí en ellas tu perfecta compañía,
¡descubrí el universo viviendo en tu mundo!