Vengo a ti
al oleaje de tu pluma en madrugadas de ausencia y encuentro
amanecer de brisa y tu aliento tibio rozándome el cuello
enredando susurros con tus letras y abrazando mi impaciencia
vengo al sabor de tu néctar
prohibido en promesas
al saberte lejos pero tan cerca, aquí entre mi seno
entre ofrendas a la luna me declaro tuya
te sentencio mío
vuelves en ardiente condena
acudo entonces al sabor de tu boca en la mía, tan Mia
acudo al recuerdo
acudo al olvido
mas en ambos siento frío.