EN LA RUEDA DE LA VIDA
En la rueda inevitable de la vida, floto,
me dejo llevar por las olas, que a veces viene en marejadas
y otras en agua mansa.
Soy una pluma ligera no hago resistencia,
me dejo llevar por la corriente, vislumbro que eso es lo mejor.
Soy un manso cordero, que no reniega, no exige, ni se revela,
un cordero obediente y silente que se dio cuenta de que renegar no aporta,
lo inevitable tiene que pasar, lo determinado está determinado.
No podemos llorar en los vasos de la leche derramada.
Seré feliz hoy con la realidad y sus patas gruesas de alambre.
En días nublados también pueden haber rosas.
Autora: Edith Colqui Rojas-Perú