Son miradas que me expulsan el sistema
que de hojas ya en mis ojos se concibe;
son dos luceros que pululan el esquema
y son dos almas que de amores recibe.
Son miradas que interceptan embelesos
que cubiertos de silicio me ilusionan:
Son versos que en mi alma se mencionan,
son dos labios que ruegan por los besos.
Y al cantar el cenzontle por los valles
ya se escucha destrozada su laringe:
Y no quiero reprobarlo en mis detalles
porque pienso que su vida se restringe.
Y al villano de enganche en el gramema
se le ruega la intención del incensario;
versos pide como estímulos del lexema,
rimas hace que son haces del denario.
Ya no tengo idea de la idea del poema
que del alma me aprieta por la esfinge;
ya mi cuerpo se deduce del grafema
y el intento ya cepilla en mi faringe.
Ya hoy traiga nuevas rimas del esquema
este escrito que hoy yace y se derrama,
no tarda la tarde ya el pecho se inflama,
no viene la aurora y aparece el fonema.
Ya hoy escribí embriagado de monemas
y lo digo como un rayo en las glorietas;
hoy me vengo de los pasos y floemas
y de la vida que me observa sin poetas.
Ella, me vio vestido de Coppel agudo
que ensayando el cuerpo ya me finge
pues, cansada la aurora que siringe
los besos que entre besos doy desnudo.
Son miradas que atrapan los antojos
que de un cuerpo se excitan de placeres:
Hoy me miran las siluetas de mujeres,
hoy me interno en el iris de esos ojos.
Samuel Dixon [22/10/2021]