Sentirse derrotado en muchos frentes,
no es propio ni ilegítimo de perdedores,
puede ser un sentimiento de profundas raíces,
y hay que creo ,que aceptarlo y ser humildes.
¿ Quién no tiene amigos que no son amigos?
¿ Quién no tiene compañeros que no son compañeros?
En mi vida hay muchísimos frentes,
que debo seguir pasando, rumiando a los colores grises.
Pero, no creo en excusas, ni en malas suertes,
si tienes hombres caídos en los montes,
los entierras, los veneras y los honras,
pero te vas a luchar a otra parte.
Que nunca duden, que nunca aseguren,
que estás vivo, que eres un tipo impredecible,
educado, taimado, pero siempre conspirando,
y buscando de nuevo soldados y follaje.
El orgullo ,la ética, te mantiene vivo,
el ejemplo a tu hijo te refuerza,
el trabajo es el principal campo de batalla,
nunca te puedes sentir como una Alma en pena.
Creo que al final el campo de batalla,
si luchas y mueren algunos hombres todos los días,
al final surgen aliados y la causa no está perdida,
y te acostumbras y eres feliz en la discola minoría.
Ya si tienes la suerte de servir a un buen general,
aunque puede ser que no sea el más popular,
sigue pensando siempre en como mejorar,
y ser útil a tu ejército, y por supuesto nunca olvidar.
Al final sí aprendes a luchar en guerrillas,
nunca con todos o el grueso de tus hombres,
tus bajas serán en las batallas menores,
y tus resistencias, tus montes impenetrables serán frecuentes.