Androides seremos todos en pocas generaciones.
Llevaremos implantes que controlan la salud
y el pensamiento,
y ya no seremos humanos:
seremos humanoides,
hombres máquinas perfectos,
que viven eternamente en su cerebro,
teniendo un esbelto y robótico cuerpo…
¿Será un pacto con el diablo?
Me aterra pensar que el hombre
consiente esté de su suerte,
y acepte vivir para siempre
en su versión digital
digitalizando su mente.
Todavía hoy lo podemos ver claramente:
Somos la génesis, la semilla,
del hombre que no seremos.
Viajaremos los espacios
y los siglos y los tiempos,
teniendo por materia
un cerebro virtual
que no necesita cuerpo.
Contactaremos con los seres digitales
de otros mundos,
que nos observan como conejillos
desde hace milenios…
Es imposible pensar
-para entonces-
qué seremos…
Yo prefiero vivir eternamente
en las páginas de un libro,
aunque sea digital
(polidimensional, virtual, mental…)
almacenado en una polineurona
de cada policerebro,
de los humanoides inmortales
que para siempre seremos,
aunque para entonces
hayan transcurrido milenios.
Frank Calle (23/ octubre/ 2021)