Amar en silencio
Es éxtasis y penumbra
En constante dicotomía,
En plena lucha férrea.
Los telones renovados de lo incierto
Suben y bajan
Como suben y bajan las gaviotas cuando cazan.
Impera la esperanza
Con matices de incertidumbre,
Impera la incertidumbre
Con matices de esperanza.
El orden yace en lo subjetivo,
En los pensamientos.
El orden yace en lo objetivo, o sea,
En la intensidad de los días,
En el sol, crisol o ausencia.
El orden yace en los colores
Vivos o muertos de las nubes.
El orden yace en la lluvia
Arraigada y constante,
El orden yace en la lluvia
Desarraigada y ausente.
Amar en silencio
Son tribulaciones internas
Exteriorizadas con miradas
De qué será o
De qué sería.
La respuesta de ambas
Radica en muros de contención.
Si avivamos los muros,
Si los agrandamos,
Si se tornan indiferentes,
Respondemos el qué sería.
Si como ave enjaulada
Los enfrentamos con nuestro pecho,
Si los derrumbamos,
Si los reducimos,
Si esos muros de contención
Llamados distancia, frialdad,
Miedo, desgano,
Son reducidos a una mera
Cortina de humo,
Entonces respondemos
El qué será.
Amar en silencio
Es volcar todas y cada una
De mis palabras en un poema,
Es preguntarle sin preguntas
A la mujer que amo
Qué prefiere responder:
Qué será o qué sería.