Es tu divina mirada,
es tu cuerpo celestial,
esa armonía sinigual
de dulce esencia sagrada;
fue mi experiencia pasada
un vano estigma infernal,
que con tu luz ideal
quedó transformada en nada;
eres presente alegría,
sutil llama hecha pasión,
e inmensa sabiduría;
eres sagrada obsesión,
eres, amada tan mía,
dueña de mi corazón...