Freddy Kalvo

Esperanza y templanza

 

Recobremos la confianza

en los tiempos que vivimos

con lo tanto que sufrimos

a riesgo, pesar y ultranza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Amargura que susurras,

en las noches, no concurras;

y a la vida, no recurras,

ni con tiempo, ni tardanza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Tristeza que se penetra

con su maquinada treta

que dolor siempre perpetra

como punta de una lanza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Dolores que te acongojan

porque el ánimo despojan

y en tu corazón se alojan

con sentido de venganza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Angustias que desesperan

que te acechan, que te esperan;

y que como espiga operan,

sin ninguna venturanza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Recuerdos buenos o malos

con sus propios intervalos

que golpean como palos

sin medida, sin varianza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Pesares que tanto pesan

que la vida tanto estresan

cuando tu alma siempre apresan

y te roban la bonanza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Dudas que estancan tus pasos

que provocan tus fracasos

y te llegan sin retrasos

atrofiando tu confianza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

Proyecciones inconclusas

con ideas tan difusas

que se vuelven tan intrusas

provocando desconfianza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!

 

¡Solo triunfa quien avanza,

con espíritu valiente!

Va pujante, va de frente

y sus metas siempre alcanza.

 

¡Nunca pierdas la esperanza,

vive con mucha templanza!